Puedes rendirte por muchos motivos, cansancio físico, emocional, desesperación, estrés, desánimo, desilusión, falta de fe, presión, tortura, superación, incapacidad, soledad… pero si piensas que todo eso es posible, entonces también debes tener la certeza de que eres capaz de superar ese estado y darle la vuelta.

¿Qué es para ti lo contrario a rendirse? ¿Superarse, alzarse con la victoria, salirse con la suya, doblegar al contrario, darle la vuelta a la tortilla, cambiar las tornas…? Es muy probable que, si desandas el camino que te llevó a la rendición, encuentres los motivos para superarte, para ser capaz de afrontar eso que te ha hecho caer y volver a levantarte, con nuevas ganas, con otra fuerza, con esperanza.

Hay muchas formas de aprenderlo. Yo lo hice corriendo. Arrancando al reloj segundos, y al asfalto kilómetros, uno a uno, poco a poco… es algo indescriptible pero es la mejor sensación. Saber que hoy no es un reto lo que ayer fue todo un logro dice mucho de nosotros, habla de aquello de lo que no somos conscientes, pero que está ahí. De esa fuerza que todos tenemos y que nos ha salvado en tantas situaciones que ya ni la percibimos, pero sigue ahí. Confía en ti y date una oportunidad, seguro que no te defraudas. Sólo tienes que hacer una cosa: verte capaz de hacerlo. Estar convencido de ello.

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